Durante nuestra estancia en Ribeira,
un municipio de la costa norte de la ría de Arousa, nos reunimos con algunos
vecinos que nos informaron sobre la problemática de la Estación Depuradora de
Aguas Residuales construida en el año 2016, otorgada con una de las BanderasNegras 2018.
Hasta el año 2016, el municipio
no contaba con sistema de depuración alguno, vertiéndose todas las aguas residuales
directamente al mar sin depuración previa. En este año 2016 el ayuntamiento de Ribeira
fue multado por los daños causados por esos vertidos a los polígonos de bateas
de mejillón, y en agosto se puso en marcha la nueva EDAR de Ribeira.
La instalación cuenta con
diferentes infraestructuras: planta depuradora, localizada en el extremo Oeste
de la Ría; taques de tormenta, situados algunos de ellos en lugares
cuestionables, entre casas de vecinas o cercanos a industrias donde no hay
vecindario alguno; y, los aliviaderos: emisarios para momentos de “emergencia”
en los que los vertidos saldrían directamente sin depurar. Sin embargo, se ha
descubierto que están siendo utilizados en días en los que no hay precipitaciones
ni, por tanto, riesgo de que los tanques se encuentren saturados. Además, a
pesar de las quejas de los distintos colectivos vecinales y de las alegaciones
al proyecto presentadas por distintas asociaciones, la infraestructura no
cuenta con separación de pluviales y fecales.
La primera alerta de los vecinos ocurre
cuando fuertes olores comienzan a aparecer entorno a algunos de los tanques de
tormenta, algunos muy cerca de las viviendas. Es normal que las instalaciones de
una depuradora tengan olores, pero también se constataron arquetas rebosando en
la calle, en algunas casas y en negocios. Se sospecha, debido a los resultados obtenidos
en las pruebas de composición química de los residuos, que también se vierten a
la depuradora residuos de procedencia industrial. Esta posibilidad se constata
porque desde el ayuntamiento se le confirmó a los vecinos que la conservera
estaba conectada a la depuradora para un caso de emergencia.
Nos gustaría destacar la problemática
con el aliviadero situado en la ría de Puxeiras, en el que debido a la
acumulación de aguas pluviales y fecales, a los malos olores, fuertes lluvias y
a las mareas vivas, se llevó a cabo una muy cuestionable canalización y
modificación del curso de la desembocadura del río mediante tablones de madera,
con la intención de focalizar el aliviado de los vertidos en un punto
determinado. Solución que resultó incluso peor al verse afectada la entrada y
salida de las aguas de una ría de un complejo intermareal por la acumulación de arena al final de la
desembocadura y por un claro desnivel entre la canalización del aliviadero
conectado al tanque de tormenta y el mismo cauce del río.
Debido a la mala calidad de las
infraestructuras en relación con el gran presupuesto con el que contaban para
llevar a cabo el desarrollo del proyecto y a la mala gestión de las aguas
residuales, esta problemática se ha convertido en un punto de vital importancia
que repercute directamente y de forma negativa en el medio ambiente en: la ría
de Arousa, la salida al mar, y la salud y calidad de vida de los vecinos de Ribeira.
Esta situación persiste
actualmente a pesar de las denuncias por parte de los vecinos al Concello de
Ribeira y su constante lucha para lograr una reestructuración y/o reforma del
proyecto que acabe con esta situación de malestar y de conflicto
medioambiental. A la cual el Concello responde con la promesa de arreglos que
nunca llegan.