Reflexiones a bordo de la Diosa

Oda a la Diosa Maat


~POR NEUS FIGUERAS | Oceanógrafa y voluntaria del velero Diosa Maat 

Vivo sobre el gran azul, a bordo de una Diosa.
Su tripulación, es de lo más voluntariosa:
el alma del velero, la joya de la Maat.
¡Embárcate y embriágate de libertad!

Si el viento nos acaricia,
desplegamos velas y cazamos la brisa.
La mayor es la primera,
quizá génova la siga.
Bailo al son de la ola.
Hasta en tierra, me mueve esta onda.

La vida en el navío,
tiene otro ritmo.
Las cosas, otros nombres.
He aprendido rituales
para hacer cosas habituales.




¡Dios existe y vive en Bélgica!
cuenta Van Dormael, de nombre Jaco.
¡Pues que se pase por el barco!
Dado que suelo belga es,
a ampararnos de temporales
y de la limpieza de la sentina.

Cuando el sol no perdona,
grito “¡Sopla Eolo, sopla!

Que en este invernadero,
el calor me sofoca”.
Mas él dice: “No puedo,
el humo me ahoga”.

Empapada en sudor, al mar salto.
Como llora, está salado.
Llora angustiado en plástico
porque arrasamos con el pescado.

Así, sin ser creyente
me convierto en sacerdote:
etapa tras etapa,
las maravillas del océano predico.
Tapa tras tapa,
los problemas que afronta explico.

Así, una objetora se convierte en soldado:
¡nuestro planeta merece ser defendido!
La acción, el mejor modo.
¡Te necesitamos para este cometido!

~Neus Figueras