Reflexiones a bordo de la Diosa

El Mar Mediterráneo, mar de mares, que ha sido querido y a la vez castigado durante milenios por la humanidad; un mar único, biodiverso, de grandes recursos y que hemos llegado a utilizar como un sumidero de residuos a la vez que hemos ido llenando sus costas de ladrillos y cemento.  






A día de hoy, se ha convertido en portador de todo tipo de basuras que se han ido vertiendo durante siglos, lamentable realidad que nos toca vivir y afrontar de la mejor manera posible. Lo que ha ocurrido últimamente es que nos hemos enfrentado de repente a una sociedad totalmente industrializada y con una población que ha aumentado exponencialmente, en la cual la capacidad de producir residuos está inundando hasta saturar el ambiente marino, que dispone de un espacio vital de considerables proporciones (71% de la superficie terrestre, profundidad media de 3800m y vida en las 3 dimensiones…) todo esto supone unas 300 veces más espacio vital en el mar. Imaginar todos los vertidos que pueden haber llegado a los mares y océanos, los que están llegando en estos momentos y los que están por llegar... Pero no todo está perdido, pequeñas grandes acciones como las que se llevan a cabo en la campaña “Azul oscuro, casi plástico” son las que hacen que no pierda la confianza en el ser humano. Es un gran alivio saber que hay personas capaces de dedicar su tiempo a mejorar el actual estado del medio marino, como es el caso de la tripulación de la Diosa Maat. No habría podido elegir mejores compañeras y compañeros de viaje, vuestro entusiasmo en lo que estáis haciendo para mejorar el medio ambiente se está transmitiendo a la gente de una forma positiva. Gracias por vuestra dedicación y compromiso, el viaje a vuestro lado ha sido corto pero intenso. Hemos pasado momentos divertidos, complicados, incluso difíciles y habéis demostrado que se pueden superar todos, seguir así y no cambiéis! La imprevisible mar hace que la gente se una, (unidos sois más fuertes) se trabaje en equipo y se forme una firme voluntad para afrontar los temporales de la vida. Valorar las experiencias, asimilar con humildad los éxitos, aprender de las derrotas y aunque el desánimo pueda aparecer y aparecerá, nunca tiréis la toalla. Seguid luchando por lo que queréis y creéis. Juntos, somos marea!!!