La basura en el mar no es un simple problema estético

Las basuras marinas de la costa melillense son consecuencia directa de la mala gestión de los residuos de la Ciudad Autónoma


Guelaya- Ecologistas en Acción denuncia, junto con la tripulación del velero Diosa Maat, la acumulación de basuras en la costa melillense resultado de su mala e ineficiente gestión por parte de la Ciudad Autónoma. La mayoría los residuos no se recogen y tampoco se controlan sus vertido en el río y los cauces que luego van al mar. 
Las basuras marinas que se acumulan en los espigones, rocas y playas de Melilla son sólo las consecuencias visibles y estéticas de un problema mucho más profundo: la deficitaria gestión de los residuos de la Ciudad Autónoma a nivel tanto ambiental como social y económicamente.  

Basura acumulada en el arroyo Mezquita de Melilla, junto al polígono industrial

A través de los ríos, como el Oro o el arroyo Mezquita, a orillas del Polígono Industrial de Melilla  llegan al mar la mayoría de los residuos. “Es preciso controlar, sancionar y limpiar los vertidos de basura en los cauces de Melilla y en los espigones de las playas” declara Rosa González presidenta de Guelaya- Ecologistas en Acción.
Concienciación sobre el abuso del plástico


Esta claro que las campañas de partidas voluntarias de limpiezas de playas no son suficientes para acabar con las basuras marinas. Se necesitan otro tipo de medidas, sobre todo a largo plazo, para disminuír el uso de plásticos mediante normativas locales, educación medioambiental y un rotundo cambio en la forma de consumo de las personas. 
No solo son los fondos marinos los que se llenan de residuos, sino también los espigones, el dique sur, Aguadú o la mayor parte de la playa de Horcas, se llenan de basuras que proceden tanto del mar, por lo que tiran las embarcaciones, como por tierra.
El domingo pasado, Guelaya Ecologistas en Acción, en colaboración con el Club Ánfora de buceo, y dentro de la campaña “Velero Diosa Maat en Acción”, se realizó una limpieza en la playa de Trápana. En ella quedó patente, de nuevo, la realidad de la que estamos hablando: en menos de dos horas la organización ecologista y demás participantes obtuvieron algo más de 145kg de basuras. 
La última campaña de limpieza celebrada en España “Clean Up the sea”, organizada en Melilla hace solo un par de meses por Guelaya Ecologistas en Acción,  puso de manifiesto la enorme cantidad de residuos, en su mayoría envases de plástico (se recogieron 200kg sólo de plástico), y la enorme diversidad de objetos que podemos tirar al mar o a la costa (bastoncillos de algodón, tubos de riego por goteo, compresas, utensilios de pesca, vidrios, maderas, colillas,…).


Implantar el contenedor amarillo para envases
Aunque en el Plan Integrado 2012-2016 se incluían medidas como la instalación del contenedor amarillo para envases, ha faltado voluntad política para poner en marcha iniciativas aprobadas cinco años antes y normalizadas en el resto de la Península en la última década. El nuevo plan de 2018 prevé (de nuevo) la incorporación de contenedores para envases en Melilla. 
En la Ciudad Autónoma la mayoría de los residuos son incinerados. Solamente se recicla el vidrio y el papel, aunque parte de este último se usa para la combustión de la incineradora. En Melilla sólo se recicla el vidrio y el papel, a diferencia del resto de la península que el reciclaje de la mayor parte de los plásticos se ha normalizado en la última década.
El martes 5 de septiembre en la sala de conferencias del Club marítimo, a las 19 h., Sara Acuña analizarán la realidad política ambiental de Melilla en torno a la gestión de los residuos abordando el problema de raíz : unos objetivos tímidos y absolutamente fuera de plazos, un sistema de gestión ineficiente en la recogida de residuos, y una ciudadanía que necesita empoderarse y tomar parte activa en un proceso inevitable y urgente de transición hacia un sistema de producción y consumo basado en la reducción y el retorno en origen, libre de plásticos.